Carta a: Lucas Ross - Medianoche

Lucas, Lucas. Te escribo esta carta encerrado a un remolino de emociones que me confunde. Y no, no es una carta de amor. Ja. Ya quisieras.
El principal sentimiento que pobla ahora mis emociones es el enojo. Muchos estarán de acuerdo conmigo, pero algun@s otras tal vez seguro no.
Y es que antes de unas páginas llamadas: despedida. Yo pensaba en cazadores de vampiros y automáticamente se me venía tu nombre a la cabeza. Dile a Bianca que si quiere puede leer esta carta junto a ti.
Te la mando por correo, de cartero, porque como bien sabes tú “modalidad” de seguridad no está para que rastreen mi posición en el mundo, que te aseguro es algo lejitos de donde sea que te encuentres.
Enojado, porque últimamente no paraste de hacer cosas que me pusieron los nervios de punta, sobre todo al final, lo que me influenció a escribir esta carta específicamente dedicada a ti. En un principio quería mandársela a los dos, a ti y a Bianca. Pero resulta que los muertos no tienen dirección postal en el cielo.
Pero volviendo al tema e intentando rescatar el ya perdido orden de esta carta, te digo que ODIO a la cruz negra. Por malos, por ignorantes, por discriminadores, por resentidos, feos, necios, alzados y ESPANTOSOS! Entre muchas cosas más que no tiene precisamente bueno términos.
Me quedé de piedra varias veces.
Pero el motivo principal es preguntarte, con tono exasperado: ¿por qué diablos le tienes miedo a perder tu “dignidad” de esa forma?
Si es que te queda una mísera parte de ella. Que no creo.
Si notas manchas de tinta en la hoja es porque estoy presionando con tanta fuerza el boli que la punta se rinde.
No es inteligente Nada de lo que haces, he llegado a pensar que eres superficial por el simple hecho de que te equivocas, y de nuevo, y de nuevo.
Eres el culpable de desgracias y todo por caer en el conflicto mental y “social”, para tu cruz negra, de enamorarte de la chica fanta-prohibida. Tú sabes a que me refiero.
¿Por qué? ¿Por qué diablos dejaste que pasara si de todas formas iba a ocurrir? Lo sabías.
No puedo sentir más odio por ti. Odio es una palabra muy fuerte, así que dejémoslo en enojado.
Y como esta carta está llena de spoilers que lo son y no lo son, mejor me detengo antes de escribir un libro entero llamado: mi odio hacia Luquitas Ross.
Dile a Vic y a Ranulf que los adoro, son una Maravilla.
Y para terminar te digo que no te prefiero. Que incluso la hermana de Balthy es diga de mi admiración por ser ese pedazo de villana. Esto va para Bianca: pudiendo tener al rey, te quedaste con el príncipe.
Un saludo a los dos. Espero con toda el alma cambiar de opinión en ese afterlife.