Carta a: Thomas (The maze Runner)

Thomas:

Debo confesar que escribo esta carta sin guardar esperanza de que algún día llegues a recibirla. Ya que no tengo una dirección, no conozco tu apellido y mucho menos la ciudad en que vives, aunque tampoco sé en qué año del futuro debes encontrarte. Lo sé: deben ser muchas presiones ya que hasta esta primera parte, en la que tienes que elegir entre Correr o Morir, ni tú mismo debes saberlo. No te presiones. Seguro en este momento puedes llegar a sentir un zumbido pero créeme que no lo que digo no es malo, como se los digo a aquellos a quienes les escribo una carta.
Para ser sincero debo confesar que no entiendo del todo cómo funciona la cosa en The Glade, y lo digo así porque algunos lo conocemos como El Área, me parece que otros como El Bosque. Llegan los chicos, luego tienen que descubrir cómo salir de ahí. Mejor no me expliques, demos el tema por terminado ya que yo mismo soy hombre y no me quiero imaginar un lugar lleno de hombres, viviendo como hombres y entre hombres, durante tanto tiempo. Teresa debió sentirse bastante abrumada.
Hablando de Teresa, hasta esta primera parte la chica no se ha ganado mi confianza. Le falta una personalidad, no parece ser nada. Por esa misma razón siento que esconde algo. Me refiero a algo que puede revelarse en la segunda parte.
Creo la narración no sólo sirve para mantenernos aferrados a querer saber la continuación, sino también para que algunas chicas entiendan un poquito los sombríos lugares en la mente de los hombres. No quiero comentarte más sobre ello ya que lo he dicho todo.
Los Penitentes deberían ser criaturas que estén en un zoológico especial para cosas mutantes. De nuevo creo que en cualquier momento vas a toparte con ellos otra vez, o con algún monstruo peor. Ese ambiente misterioso que se aproxima debe guardar muchas sorpresas con el instinto mucho más CRUEL.
Te doy el pésame, no sólo por estar viviendo una situación verdaderamente conflictiva, sino por esa pérdida que sufriste.
Como las cosas han terminado, hasta el momento, me gustaría hacerte muchas preguntas pero ten en cuenta que ésta carta corre el riesgo de pasar por muchas manos antes de llegar a ti, si es que lo hace, y no quiero que aquellos que no han leído sobre el laberinto lleguen a odiarme. Alguna vez e dijeron que puedo decir todo y al mismo tiempo nada, así que espero seguir teniendo esa habilidad.

Sin más por el momento, me despido de ti. Cuidado con ese cielo exterior y el mundo que llegue a rodearte.

Erickold