Play - Javier Ruescas - Reseña

Los hermanos Serafin están a punto de enterarse qué significa vivir una apresurada aventura, y cómo vivirla. 

Leo acaba de regresar de su larga escapada familiar para intentar pensar en cómo continuar su vida, mientras que Aarón regresa luego de unas terribles vacaciones llenas de desconexión para darse cuenta lo mucho que las cosas que creía conocer pueden cambiar en poco tiempo. Los hermanos enfrentados por disgustos en sus propias decisiones se ven obligados a convivir de nuevo, a aceptarse nuevamente. 

Esta es, en general, la historia de cómo consiguen dicho fin. 

El talentoso Aarón y el simpático Leo, tan diferentes entre sí, encuentran sin querer (aunque muy posiblemente a beneficio de alguno) la forma de ser hermanos y apoyarse el uno al otro. 

Leo ha robado las canciones de Aarón haciéndolas pasar como suyas y despertando el fenómeno Play Serafin que, créanme, muy metidos en la lectura llega a sentirse sin ningún problema. 

La forma en que el amor y demás sentimientos -entre amigos, familia, pareja- se mezclan en esta historia es una interesante forma de sacar a relucir lo cotidiano del asunto en la vida de cualquiera, lo queramos o no. 

Es inevitable sentir simpatía por uno de los personajes y desconfianza por el otro, dependiendo mucho de la lógica o el carácter del lector. Las acciones de uno, misteriosas o no, dan que pensar sobre el otro y viceversa. 

El concepto de fama que nos muestra es inquietante, pero a la forma inocente e interesante, pues aunque hace notar su ficción no cuesta nada involucrarse en los debates sobre decisiones que aparecen en el ondeante camino de dicho momento en la vida de los hermanos. No sólo cómo dar una opinión sobre quién tiene la razón, sino también cómo lo haría uno mismo. 

La búsqueda de los sueños, tocarlos con éxito y, desde ambos lados del escenario, seguir un camino que uno mismo forma. Aarón buscando reencontrarse con la chica a la que quiere, Leo tramando misteriosos planes que en cierto momento son lo que dan cuerda a la historia. 

Aunque el que los dos hermanos sean en base tan parecidos, al principio cuesta un poco recordar el nombre que pone al principio del capítulo, pues el conocimiento de sus personalidades llega después, formando una historia ágil y bastante visual, capaz de ponernos en cualquier posición como si estuviéramos ahí o viéndolo en una película. 

Mención especial por la curiosidad que da la música creada entre momentos y la inusual forma de Aarón para expresar sus sentimientos. Con unos protagonistas a los que se les nota la juventud a cada paso que dan y pensamiento que tienen, me deja pensando en lo certero de mostrarse joven frente a un público joven y así dar en el clavo. 

Una historia que utiliza elementos actuales que cualquiera con internet conoce, maquinados por una mente por demás creativa que dio a su historia vida hasta el último rincón. Presenta, en general, personajes con una increíble capacidad de volverse familiares. Los odias, quieres, regañas y comprendes. 

Play es una novela de deseos cumplidos y complicaciones enfrentables. Inspiradora y fresca. 

Nos lleva a conocer la fama de forma emocionante y reflexiva. Poniendo siempre en el tablero la opción de cumplir los sueños y superar las adversidades.
Increíblemente entretenida gracias a sus detalles, momentos y estilos inevitables.

Para sentir que la suerte puede estar de nuestro lado cuando se es extraordinario en algo que nos encanta. 

La frase: 

¿No lo entiendes, Aarón? Nosotros marcamos nuestro destino con nuestras decisiones, y no podemos permitir que los miedos y las inseguridades nos impidan tomarlas. Solo tenemos una vida que vivir, y sé que ahora, a tus dieciocho años, parece un mundo, pero no lo es. Y cuando antes entiendas, antes empezaras a valorar con mayor intensidad cada segundo que se te ofrece. Nuestra existencia es demasiado limitada como para pasar la mitad de ella huyendo. 

Play, Javier Ruescas. 506 p. Montena, 2012 

¡Hasta la próxima!