Nacido de los deseos y pensamientos de la protagonista, una bastante alternativa y confundida Larissa, poeta casi por casualidad y desubicada por maduración, nos encontramos con un momento importante no solo en su vida, sino también en las de ese par de hombres que se encargarán de acompañarla en él (o al menos lo intentarán). Y es que ella no es alguien fácil de tratar, ni de comprender y mucho menos de definir.
Larissa acaba de terminar un matrimonio en el que se vio envuelta en su momento por buenos motivos pero que finalizó porque ya no significaban nada para ella, el tiempo enfrió las cosas hasta convertirlas en una piedra sin vida ni calor.
Lo que está por comenzar con este libro, además de un complejo ir y venir entre el presente y el pasado sin siquiera cambiar de párrafo, es una mirada a un espacio bastante diferente en la mente de los personajes, sus complicadas o sencillas reacciones, y la forma en que decidieron vivir la vida.
El indulgente Gunther, un criador y vendedor de pericos en plena Roma, que por un impulso falto de adjetivo se vio involucrado en la vida de Larissa y su mente quedó necesitada de ella. La propia Larissa, la poeta de momento bloqueada, constante recurrente a la astrología, talentosa sin demostrarlo en absoluto y con tanta mala suerte como su confusión amerita (y cuando digo confusión me refiero a algo completamente general). Y el simpático George, francés y fotógrafo de profesión, bastante falto de detalles, sobreviviente de impulsos que nunca paran y cariños que no funcionan.
Ese triangulo con tan poco futuro en sus descripciones se verán juntos en algún punto de la historia, decidirán lo que sientan es lo mejor –a favor de sus propias estabilidades-, mirados entre ellos como lo que no se puede explicar.
Sí, no es un libro del que sea fácil hablar, sobre todo porque uno lo ve y lee su sinopsis haciéndose una idea de lo que va a encontrar, o posicionándolo en un género en especifico (en este caso erótico). Tiene personajes a los que es imposible comprender sin al menos un poco más de experiencias propias con los impulsos, pero sobre todo: que de erótico no tiene ni lo esencial. O al menos no es el tipo de lectura a la que estoy acostumbrado a esperar del género.
A penas menciona, no lo sentí ni de aquí ni de allá, y también por eso es tan difícil de hablar de él.
Larissa se ve envuelta en cosas que ella misma se pone enfrente, no parece tener mucha voluntad propia cuando de verdad la necesita y tampoco demuestra mucho ánimo de disfrutar la vida. Ella misma se describe cansada, en una pausa grande. Gunther mueve las cosas un poco pero su proceder constantemente resulta demasiado brusco (también de forma general), como si se tratara de un ciego con mucha apertura. George se siente una casualidad, pero no tan mala como las demás, lo sentí más normal, menos en el mood.
Todos ellos tienen defectos y los demuestran por todas partes, casi en todas las palabras. Tienen también sus momentos, sus oportunidades de contarse. Y ese es el punto que lleva a la historia a parecer historia. Su narración.
Se lee fácil, pero no se siente común, puede que hasta se disfrute el efecto que el estilo de la autora desempeña, pero dicho estilo no para en casi ningún momento, se empeña en ser ajeno a pesar de que uno está muy seguro de que no es así. Da ideas y también las borra. Es envidioso pero también resuelto.
Tres es la historia de una mujer que intenta encontrarse a sí misma en medio de una angustiosa tarde oscura, que se sostiene de lo que puede y le ha ofrecido una mano dispuesta.Giros de tiempo que nos dan el argumento. Mental como su prosa, con miradas a versos escondidos.Aunque más antes que durante, todo ella y su mundo que nunca deja de moverse.No lo que promete, pero tampoco imposible.
P.D. La portada que le pusieron en esta edición no me gusta.
La reseña podría estar inspirada por el propio estilo en que se narra el libro (solo tal vez).
La frase:
“-¿Crees que, de verdad, no tienen nada que decirse?
-Te explico cómo funciona: ciertas personas están hechas para vivir juntas. Es decir, en mi opinión existe alguien que, de verdad, es perfecto, compatible con otro. Lo que sucede es que, con frecuencia, la gente no tiene ni ganas ni paciencia, por no mencionar la pasión y el valor, para viajar, buscar y encontrar a la persona realmente adecuada. De manera que se contentan con el que les parece simplemente potable, en el mejor de los casos acaban uno frente al otro sin tener nada, absolutamente nada que decirse. Así es como funciona.”
Tres, Melissa Panarello. 266 p. Suma de letras, 2013
¡Hasta la próxima!
1 comentario:
No me llama, la verdad, pero gracias por la reseña!
besitos<3
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