En la familia Hurst las cosas normales poseen una normalidad propia. Sabemos que no todo es normal para todo el mundo, algunas cosas menos que otras, otras todavía menos. Es por eso que a esta familia solo le queda un adjetivo: desequilibrada.
Y no estoy hablando directamente de locura. Los desequilibrios suceden en cualquier momento y por cualquier razón, las cosas simplemente no se sienten como algo común. Es exactamente lo que sucede aquí.
Josephine es la madre de la familia, una esmerada y efectiva mujer con tres hijos que -lamentablemente para ella- están llenos de defectos, pero ¿quién no?
Will es el menor, justo con la edad para considerarlo un chico, y al que le fueron diagnosticados epilepsia y autismo. Es inteligente, le encantan las palabras (entre más científicas y extrañas mejor). Su madre tiene un papel muy importante en su vida. Es su maestra, su ejemplo, su amiga. Blog Parlantes Nocturnos
Voilet es la hija del medio. Una adolescente que de un tiempo para acá ve su vida dibujando un camino de escape. Se considera budista y hasta sigue algunas de las prácticas de dicha forma de vida para soportar lo que es su vida. Para ella su madre es una imagen misteriosa, cambiante, como si guardara un secreto y fuera capaz de hacer cualquier cosa por protegerlo, pues de esa forma se protege también a sí misma (y tiene razón).
Rose es la mayor y hace dos años que se marchó de casa, en su época universitaria. Con alma de artista escénica, belleza y talento. Josephine dirigió su camino y la apoyó en sus sueños.
Para completar la foto familiar tenemos a Douglas, el padre. Un geek de su época especialista en informática que muy a menudo aparece como una imagen de invitado.
Porque esta novela se centra en los efectos que tener una madre provoca en los dos hijos presentes. Junto a Will y Violet esta historia se presenta, descubre y revela. Blog Parlantes Nocturnos
Al comenzar, los asuntos de esta familia pueden parecer comunes para sus circunstancias. Pasan día a día soportándose, sospechando de todos, observando los defectos. Dicho defectos quedan en evidencia desde la primera página, pues algo sucede. Muchos creen que no hay mejor momento para perder el control que… cualquiera. Continuamente es indispensable, por la curiosidad, y este thriller también está hecho para llenar ese espacio.
Constantemente digo: Todas las familias piensan que las otras familias son raras.
Pero la diferencia de la ficción en general es que está libre de las comparaciones con la realidad del lector como uno de los primeros puntos durante el avance del libro. Aquí es bastante poco posible comparar a esta familia, y sobre todo a esta madre, con nuestra realidad –espero-, pero también llega el pensamiento de que no es un detalle imposible en el mundo.
Josephine carece de explicaciones mayores para hacer lo que hace. Primero, porque nadie lo sabe, y después: porque no tiene sentido.
Proteger es el papel de una madre, y ella lo hace muy bien, pero en la dirección equivocada. Lleva a otro nivel (y a otro plano) las características de una madre.
Los capítulos están alternados entre Will y Violet, así que entre sus ojos y su conocimiento es que no damos cuenta de lo que sucede. Construyendo caminos creados por la unión de pistas que a su vez nacieron de la sospecha.
Hay un punto curioso en la narración: no es posible reconocer la verdad de la mentira, intercambiando sus papeles. Las numerosas imperfecciones de todos los personajes hacen posible la duda y también la desesperación.
Aunque los motivos directos para considerar a esta historia un thriller psicológico son: la casualidad de un crimen y la increíble duda que habita diferentes posiciones del lector tanto como de los personajes. Los secretos se van revelando poco a poco, al igual que el necesario pasado.
Constantemente se da a conocer como una novela que comienza desde el momento cumbre (algo borroso). Los personajes en medio de sus reflexiones se encargan de dibujar el escenario con el avance de los capítulos. Sin embargo, hay que decirlo, el peso de dicha ausencia de normalidad narrativa no se nota tanto como parece.
Josephine carece de una filosofía, simplemente hace lo que su inexplicable experiencia le dicta. Su nivel de manipulación es tan increíble y sutil que el hecho de verla desde las opiniones de sus dos hijos (tan diferentes) nos deja percibir su realidad tanto como su mentira.
Si la comparamos con un clima, esta novela se siente como una lejana llovizna con intención de tormenta. En materia de temporadas, es el día exacto entre el verano y el otoño. Blog Parlantes Nocturnos
Curioso notar el peligro pero también aceptar que no lo estamos notando bien. Todavía más interesante ver los resultados de la crianza de dos personas que ven a su madre con tonalidades tan diferentes pero con una misma realidad inevitable.
Mother, mother despierta la cuestión de la mente ajena, el poco control que tenemos sobre el respeto y el odio en imágenes mayores. Entrega un misterio en el que es tan fácil como difícil tener favoritos.Con una idea clara, basada en la injusticia constante; pero un desarrollo lleno de pequeños pendientes. Aprovecha lo ausente y suelta muy pronto a lo que da vida.Deja con la idea de la observación del alma en la mirada. Cuando todo solo aprovecha y el interior no puede mentirse a sí mismo.
La frase:
“Quizá la verdad no existía. Era el himno de los mentirosos. A pesar de que lo sabía, no podía dejar de repetirlo. La verdad de su madre era la única opción que tenía, esta “verdad” era una invención escandalosa, la mentira del siglo.”
Mother, mother, Koren Zailckas. 360 p. Suma de letras, 2014
¡Hasta la próxima!
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